Los primeros hijos de la Madre Tierra , de forma semihumana, fueron los Gigantes de Cien Manos (o Hecatónquiros) llamados Briareo, Giges y Coto. Luego aparecieron el viento salvaje, los tres brutales Cíclopes de un solo ojo, maestros herreros y constructores de gigantescas murallas, originariamente procedentes de Tracia, luego de Creta y Licia, cuyos hijos encontró Odiseo en Sicilia. Sus nombres eran Brontes, Estéropes y Arges, y sus fantasmas habitan las cavernas del volcán Etna desde que Apolo los mató en venganza por la muerte de Asclepio.
Sin embargo,
los libios aseguran que Garamante
nació antes que los Hecatónquiros y que, cuando emergió de la planicie, ofreció
a la Madre Tierra un sacrificio de bellotas dulces.
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