Tique y Némesis

Tique, diosa de la fortuna

    Tique es una hija de Zeus a la que éste dio el poder de decidir la fortuna de tal o cual mortal. Sobre algunos de ellos derrama montones de dones desde su cuerno de la abundancia, mientras que a otros los priva de todo lo que poseen. Tique es absolutamente irresponsable en sus concesiones, y corretea por ahí haciendo malabares con una pelota que simboliza la incertidumbre del azar: a veces arriba, a veces abajo. Pero si alguna vez sucede que un hombre a quien ella ha favorecido se jacta de sus abundantes riquesas sin ofrendar una parte de ellas a los dioses o mitigar la pobreza de sus congérenes, entonces hace acto de presencia la vieja diosa Némesis para humillarle. Némesis, cuyo hogar es el Ramnunte ático, lleva una rama de manzano en una mano y una rueda en la otra, se ciñe la cabeza con una corona de plata adornada con ciervos y de su faja cuelga un látigo. Es hija de Océano y tiene algo de la belleza de Afrodita.

    Algunos dicen que Zeus se enamoró una vez de Némesis y la persiguió por toda la tierra y el mar. Aunque ella cambiaba de forma constantemente, al final la violó adoptando la apariencia de un cisne, y del huevo que ella puso salió Helena, la causante de la guerra de Troya.

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