Los nueve Telquines con cabeza de perro y aletas en vez de manos, hijos del Mar, nacieron en Rodas, donde fundaron las ciudades de Camiro, Yáliso y Lindo. De ahí emigraron a Creta, convirtiéndose en sus primeros habitantes. Rea les confió el cuidado del infante Poseidón y ellos le forjaron su tridente, pero, mucho antes de eso, habían fabricado a Crono la hoz dentada con la que castró a su padre Urano. Además, fueron los primeros que tallaron imágenes de los dioses.
Pero Zeus decidió destruirlos con un diluvio, porque habían estado interfiriendo en el clima, levantando nieblas mágicas y agostando las cosechas con azufre y agua del Estigia. Alertados por Ártemis, huyeron todos a ultramar: algunos a Beocia, donde construyeron el templo de Atenea en Teumeso; otros a Sición, a Licia, a Orcómeno, donde fueron los sabuesos que destrozaron a Acteón. Pero Zeus destruyó a los Telquines de Teumeso con un diluvio. Apolo, disfrazado de lobo, destruyó a los de Licia, aunque habían intentado apaciguarle construyéndole un nuevo templo; y ya no quedan rastros de los de Orcómeno. Corre el rumor de que aún hay algunos viviendo en Sición.
Pero Zeus decidió destruirlos con un diluvio, porque habían estado interfiriendo en el clima, levantando nieblas mágicas y agostando las cosechas con azufre y agua del Estigia. Alertados por Ártemis, huyeron todos a ultramar: algunos a Beocia, donde construyeron el templo de Atenea en Teumeso; otros a Sición, a Licia, a Orcómeno, donde fueron los sabuesos que destrozaron a Acteón. Pero Zeus destruyó a los Telquines de Teumeso con un diluvio. Apolo, disfrazado de lobo, destruyó a los de Licia, aunque habían intentado apaciguarle construyéndole un nuevo templo; y ya no quedan rastros de los de Orcómeno. Corre el rumor de que aún hay algunos viviendo en Sición.
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