Fuentes para el estudio de la Mitología Griega

    En primer lugar mencionaremos Los trabajos y los días y la Teogonía, obras atribuidas por la generalidad de eruditos al poeta Hesíodo, cuya vida se suele situar entre los siglos VIII y VII a.C., y que pretendió narrar con encendidos versos los orígenes de los dioses y de los hombres a semejanza de inspiradas sinfonías dedicadas a Zeus como padre y jefe de dioses y mortales. A Hesíodo se le otorga también la paternidad del poema incompleto Catálogo de las mujeres, así como del Escudo de Heracles, relato este último de las hazañas del popular héroe.

    A continuación hay que colocar los dos grandes poemas épicos, la Ilíada y la Odisea, cuya última redacción (en especial el último) parece ser de la mano del poeta Homero (su nombre recuerda probablemente la condición de ‹‹ciego››, en griego o meros = ‹‹el ciego››), siglo VIII a.C. Sin embargo, su gestación, particularmente la de la Ilíada habría que situarla hacia el año 1000 a.C.
    
    Tras estas grandes fuentes básicas, debemos situar cronológicamente los denominados Himnos homéricos, treinta y tres poemas conservados, compuestos en honor de los diversos dioses, escritos quizás entre fines del siglo VIII o comienzos del VII a.C. el más antiguo, y el siglo V o IV a.C. (en griego-ateniense) el último, y colocados (lógicamente no por su paternidad, sino por su influjo) bajo la ‹‹advocación›› del gran y controvertido poeta Homero.

     Seguimos por mencionar al más grande poeta lírico de la Grecia clásica: Píndaro. Sus Odas o poemas, dedicados a los vencedores de los juegos Olímpicos, se hallan llenos de relatos mitológicos o alusiones a los mismos. Muchos mitólogos consideran a Píndaro tan relevante en este campo como el propio Hesíodo.

    Importante es también la transposición mítica realizada por las excepcionales figuras de la tragedia griega que se mueven entre los siglos VI y V a.C.: Esquilo, Sófocles y Eurípides.

    Asimismo, ofrece frecuentemente referencias a los mitos el forjador de la comedia ateniense: Aristófanes (siglos V y IV a.C.) y lo propio realiza Herodoto, ‹‹padre de la historia››, y el filósofo Platón (427-347 a.C.).

    Durante el período denominado helenístico, surgido a la muerte de Alejandro Magno con los generales sucesores que se repartieron su vasto imperio (siglos III-I a.C.), aparecen recopilaciones de relatos mitológicos en forma de resúmenes. La más importante es la parte conservada con el nombre de la Biblioteca, atribuida a Apolodoro, gramático ateniense.

    Paralelamente se desarrolló la poesía alejandrina, por haberse desplazado el centro cultural de Grecia a Alejandría, en Egipto. Apolonio, procedente de la isla de Rodas, junto con una pléyade de poetas alejandrinos y mitógrafos nos ha transmitido los mitos por temas. Entre otros sobresalen: Eratóstenes de Cirene, Partenio de Nicea, Conon, Teócrito, Dión y Mosco.

    Finalizaremos este repertorio mencionando a Pausanias (siglo II d.C.), incansable viajero y autor de la primera ‹‹guía turística›› que con toda justicia puede recibir tal nombre. En ella nos relata las leyendas conservadas de los lugares que visitó, con una seriedad tan absoluta que nos hace dudar de la credibilidad en ellas por parte del propio autor.

    A partir de aquí, las fuentes mitológicas cruzan la frontera de lo helenístico para adentrarse en el mundo romano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario